Secuencia y escena

En La habitación del pánico (Panic Room, David Fincher, 2002) la enunciación hace alarde de su omnisciencia generando un plano secuencia que, en principio, se propone sin límites. La cámara se descorporeiza y, agilísima, se dispone a retratar la entrada de los tres ladrones en la casa donde duermen una madre y su hija. Por lo que sabe, la cámara anticipa e informa sin embargo funciona como un guardián inútil que nada puede evitar. Así, aunque omnisciente no es omnipotente: aunque hace trayectos imposibles entre arquitecturas y cerraduras, sin embargo, siempre es ubicada desde el interior de la casa y los ladrones consiguen entrar. Con este plano secuencia David Fincher inaugura con su destreza y competencia técnica la posibilidad de narrar a través de la visualización de lo imposible para el ojo humano, a la estela de cuyo trabajo se acomodarían propuestas de mayor popularidad como los «planos endoscópicos» de C.S.I. o House.

Esta entrada ha sido publicada en Puesta en film y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.